sábado, 6 de diciembre de 2014

Scioli no será presidente

Scioli, el nuevo Luder

Solo odias el camino cuando echas de menos tu casa,
solo sabes que la quieres cuando dejas que se vaya.
Y dejas que se vaya.
Y dejas que se vaya.
Bueno, dejas que se vaya.
Recuerdo bien que mis compañeros de secundaria en pleno Proceso,  clasemedieros y orgullosos de serlo, en las reuniones fuera del colegio  nos devolvían favores a los peronistas cantándonos  un "se vamo, se vamo y nunca volveramos" en respuesta cultural a aquel "se van, se van y nunca volverán" con que en su momento despedimos con sorna a los milicos cuando se fueron como las ratas que supieron ser en el 1973. No podíamos entender por aquel entonces que algunas actitudes nuestras se traducían como vendettas clasistas y que generaban una reacción de igual -o mayor- intensidad en quienes no eran objeto de nuestra tirria.

En el '83 todo ese sedimento, enconado hacia todo lo que representaba el peronismo en cuanto contradecía abiertamente  practicas y valores sostenidos por los sectores medios,  hizo eclosión y muy lejos de plantear una revolución con todos, con el manual de lo que no debe hacerse en materia de construcción política y proselitismo en mano, cometimos todos los errores que el alfoninismo supo aprovechar.

Uno de esos errores mas grandes fue tener de mascarón de proa a aquellos compañeros que simbolizaban lo que los sectores medios no deseaban. Ni pensar en ralearlos de la conducción, ni siquiera en esconderlos acertaron.

Según el Zequi Meler fueron cinco en una reunión los que decidieron por Luder Presidente tirando al bombo las aspiraciones presidenciales de Antonio Cafiero. Los presentes  Luder, Cafiero, Herminio Iglesias por el pejota bonaerense, Bittel por la rosca interior y Lorenzo Miguel por el sindicalismo peronista.

No había contradicción insalvable entre las demandas obreras y las que pudieran aspirar los sectores medios, la ecuación no podía fallar. Luder, era el candidato que enamoraráa con sus modales refinados, su amplia cultura general, a la esquiva clase media y con el como cortina de humo todo el peronismo se encaminaba al poder.

El peso especifico de los sectores medios en la balanza de la composición  social argentina  debió servir de freno inhibitorio para el desborde obrerista y anticultural, pero no fue así. Ni siquiera fue atendido el rechazo de estos sectores medios al autoritarismo y las practicas violentas y por sobre todo al culto de lo popular como antitético de lo cultivado.

Para colmo nos morfaron las internas, la formula se hizo publica en medio de un tiroteo en un congreso peronista en La Plata cuando las de los demás partidos fueron elegidas en un grado de traumatismo cercano a cero.

Alfonsin levantaba votos en pala, unía en su encendida oratoria al pejota con la matonería y lo autoritario, y nosotros se la servimos en bandeja. Recordaba a cada rato que tanto Luder como muchos de su staff nacional y provinciales habían ocupado roles protagónicos en aquel gobierno de Isabel Martinez de tan mala memoria. Muchos creían que el peronismo debía renovar sus formas, aunque no sus ideales. Alfonsin se ponía en linea con ese razonamiento con una síntesis que se buscaba de hace rato y no aparecía desde el partido justicialista. El peronismo era lo que el guión de "No habrá mas penas ni olvido" narraba y el radicalismo resurgía para rescatar la República que se había perdido.

"Liberación o dependencia" gritaban Luder y Bittel, a la par que la sola presencia y protagonismo tanto de Herminio como  de Lorenzo Miguel le explicaban a los sectores medios de que forma iban a intentar conseguir tal propósito. Alfonsín, que la vió con claridad, afirmaba que la alternativva de hierro   era "democracia versus antidemocracia" y  -preámbulo constitucional  mediante- se ofrecía como  representante de la primera.

Luder, el candidato pensado para la clase media no pudo arrastrar porciones sustanciales de ella. Quizás porque no podía escaparse de la tutela del Loro y de Herminio. Sostener la alianza con Lorenzo Miguel y Herminio Iglesias sin poder diferenciarse clavaba en la vereda de enfrente a mas de uno o una que podía enamorarse de esa imagen de tipo refinado que cultivaba para afuera.

Herminio era sacado de contexto, facilitaba mucho la retahila de exabruptos que propalaba y que le aseguraba material a una prensa ávida por comentar en forma maniquea la realidad. Lorenzo, que estaba lejos de ser un Agustín Tosco,  era mostrado como un patotero de sindicato y ni siquiera podía adjudicarsele las  virtudes para la construcción de una organización poderosa como si se ganó el Lobo Vandor.

Y nosotros, los del medio y de abajo de la pirámide yque también tenemos parte de la culpa porque nos hundimos en la murga a contramano en la seguridad de la victoria, replicábamos agrandando la brecha que separaba los aires universitarios de clases medias con un obrerismo  anacrónico, vulgar, chabacano:  “Olelé, olalá, conmigo o sinmigo vamos a ganar”.

El 30 de octubre de 1983, como no podía ser de otra manera FUIMOS.

Quizás la bronca que sentíamos la hayan expresado por nosotros a través de Radio Exelsior o Splendid -sinceramente ya no recuerdo- los compañeros Ovidio Martinez y Any Ventura la misma mañana del 1º de noviembre. La Ventura no tardó mas de diez minutos en culpar a Herminio y a Lorenzo Miguel del desastre electoral y de condenar la pasividad de Luder ante el protagonismo de quienes señaló como"mariscales de la derrota" . Buen diagnóstico pero tardío.

La historia suele repetirse, primero como tragedia, la segunda vez es  una farsa.

Desde el FPV, los compañeros peronistas no alcanzan a ver la distancia que separa a los sectores medios de lo que se percibe como kirchnerismo. La tirria es con el apellido Kirchner, el grupo que los rodeó, con algunos gobernadores, la bronca alcanza a ciertas agrupaciones (La Campora me releva de nombrar otras), ciertos personajes (D'elía, Budú, Jaime, etc). A ellos, que creo que no tienen otro candidato, les queda jugar la opción Luder, con fe y optimismo.

Los que aún gozan de margenes razonables de "electorabilidad" tienen en su mochila de mariscal un recurso extremo, les queda saltar el cerco para no inmolarse.

En este momento, estos últimos, están viendo si dejan ir la oportunidad de seguir siendo peronistas por otros medios o se montan al futuro.

La elección no es fácil.


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